Estrés bovino por calor
En los últimos años, se ha producido un descenso de la fertilidad de las vacas lecheras lactantes en todo el mundo, especialmente en las de alto mérito genético dedicadas a la producción de leche. Además, se ha detectado que ha habido un aumento en el número de servicios necesarios para conseguir la gestación, lo que significa que la proporción de vacas ''repetidoras'' que no han concebido después de tres o más inseminaciones se ha incrementado notablemente.
Las vacas repetidoras son uno de los principales problemas en las explotaciones lecheras. Se definen como vacas o novillas sin ninguna anomalías anatómicas o patologías infecciosas que no quedan preñadas tras tres o más intentos de inseminaciones artificiales. La incidencia de vacas repetidoras en el ganado vacuno es en España del 25,1%.
La aparición del problema de las vacas repetidoras es uno de los factores que más influyen en el éxito económico en la gestión lechera debido al desperdicio de semen y los gastos de inseminación, periodos más largos entre partos y mayores costes de tratamiento veterinario, sacrificio y reposición de animales.
Esta sobradamente demostrado que el estrés térmico perjudica a la producción (reduciendo el consumo de alimento, la eficiencia bruta en términos de producción de leche o ganancia de peso por unidad de energía alimentaria, la tasa de crecimiento y la producción de leche), y disminuye además la eficiencia reproductiva de las explotaciones. El estrés térmico es un problema que afecta aproximadamente al 60% de las explotaciones mundiales, causando graves pérdidas económicas
En este sentido la tasa de gestación por inseminación artificial disminuye del 40-60% en los meses más fríos del invierno al 10-20% en los meses más cálidos del verano, dependiendo de la gravedad del estrés térmico. Esto está relacionado con el hecho de que los ovocitos y embriones durante las primeras etapas de desarrollo son extremadamente sensibles al estrés por calor.
Los impactos negativos del estrés por calor se registran principalmente en el ganado lechero, ya que la elevada producción de leche y la ingesta de alimento asociada dificultan la regulación de la temperatura corporal durante los meses cálidos y tienen un efecto deletéreo grave sobre la fertilidad de las explotaciones
Efecto del estrés por calor en la calidad ovocitaria y la fertilidad
La hipertermia afecta a la función celular de varios tejidos del tracto reproductivo femenino, lo que provoca el compromiso de la dinámica folicular, la incapacidad del folículo dominante para ejercer su dominancia, la codominancia folicular, la prolongación de la duración de la dominancia del folículo preovulatorio, la reducción de la capacidad esteroidogénica de los folículos, el aumento del estrés oxidativo en el oviducto, la reducción de la tasa de fecundación y la disminución de la competencia de los ovocitos para convertirse en blastocistos. Asimismo, las alteraciones inducidas por el calor en los folículos antrales pequeños pueden aparecer posteriormente presentándose en forma de la incapacidad de éstos para completar la maduración ovocitaria.
Además, se observa un efecto de arrastre del estrés por calor con una reducción de la competencia de los ovocitos para desarrollarse en blastocistos durante al menos 105 días después del cese del estrés por calor. La aparición de este efecto de arrastre resulta en un deterioro a largo plazo de la calidad de los ovocitos, siendo el tiempo necesario para su recuperación dependiente de la duración y la severidad del estrés térmico al que las vacas fueron expuestas previamente.
Uso de los embriones en épocas de estrés por calor
La transferencia de embriones es una herramienta eficaz para aumentar la fertilidad durante el estrés por calor porque evita el daño al ovocito y las pérdidas embrionarias tempranas causados por la hipertermia.
En análisis retrospectivo utilizando vacas Holstein lactantes repetidoras (≥ cuatro servicios sin quedar preñadas) y no repetidoras que fueron sometidas a TE o IA tras la detección del celo, la preñez por TE fue mayor que por IA, pero las diferencias fueron más pronunciadas en los meses más cálidos que en los meses más fríos del año (Figura 1). Otros investigadores también han informado de tasas de preñez más altas después de la TE en comparación con la IA.
(Figura 1). Tasa de concepción con IA o TE de vacas Holstein a lo largo del año.(A) vacas no repetidoras. (B) vacas repetidoras.
En este contexto, se informó de que durante el estrés por calor (primavera/verano), la tasa global de concepción disminuyó para las vacas Holstein sometidas tanto a IA como a TE. Sin embargo, las tasas de concepción fueron siempre mayores tras la TE en comparación con la IA, especialmente durante el estrés por calor. Además, la pérdida de preñez entre los 30 y 60 días de gestación fue mayor durante el estrés por calor que en la estación más fría y, curiosamente, más para la TE que, para la IA, sin que hubiera interacción entre la estación y la técnica de cría.
Sin embargo, a pesar de la mayor pérdida de preñez, las vacas que recibieron embriones tuvieron mayores tasas de preñez después de 60 días que las inseminadas (Figura 2).
(Figura 2). Tasa de concepción y pérdida embrionaria con IA o ET durante épocas de otoño/invierno y primavera/verano
Basándose en todo esto, diversos autores recomiendan el uso de embriones terapéuticos junto con la inseminación artificial en épocas de estrés por calor cuando el ITH supera los 72% para obtener una tasa de concepción superior.
En AsturBiotech disponemos de embriones terapéuticos de bajo coste y de diferentes razas y cruces para el tratamiento de las vacas repetidoras, una opción terapéutica para el tratamiento de esta problemática reproductiva.